Haberlo visto regresar con éxito de un momento de fragilidad reforzó aún más la popularidad de Roger Federer, que cree que los amantes del tenis se sienten todavía más identificados con él. El suizo se mostró de muy buen ánimo en el hotel “Schweizer Hof” de Lenzerheide, una apacible aldea de montaña en el Cantón suizo de los Grisones. Bromea y se ríe permanentemente. Motivos no le faltan.
Su inicio mágico de temporada, con la conquista del Abierto de Australia y los Masters 1000 de Indian Wells y Miami, resultó sorprendente incluso para él. “Apenas puedo creer que todo haya salido así”, reconoció.
Federer insiste en que no piensa en volver a ser el número uno del mundo y aseguró que su principal motivación a sus 35 años es ganar grandes torneos. “Es lo que más me motiva. Si lo logro, el ranking viene sólo”, indicó.
Cerca del hotel se encuentra el chalet que Federer compró para descansar junto a su familia. Antes de emprender el viaje a Dubai, donde realizará una mini-pretemporada mientras se disputa la gira europea de arcilla, Federer cuenta sobre su futuro y las sensaciones que le dejó su espectacular inicio.
- ¿Verá los partidos por TV?
- No sé si seguiré la gira. No sé dónde la transmiten. Estaré en Dubai y allí veo muy poca televisión. Seguiré más los resultados. Para ver quién está bien, quién ha perdido. Pero no voy a mirar muchos partidos. No porque no tenga ganas, sino porque haré otras cosas.
- ¿Hubiera desistido de toda la gira de arcilla si no le hubiera ido tan bien en el comienzo de año?
- Si hubiera perdido en primera ronda de todos los torneos, de alguna manera hubiese jugado en arcilla. Pero siempre pensamos con mi equipo que esta época podía ser un buen momento para construir una base para el resto del año. Hacer una buena preparación y volver inspirado y motivado, con ideas frescas. Funcionó muy bien el año pasado.
- ¿Es una opción no jugar Roland Garros?
- Supongo que voy a tomar una decisión después de toda esta preparación. Alrededor del 10 de mayo, cuando hayamos terminado con el trabajo en Dubai, nos volveremos a sentar con mi equipo y veremos si juego en la arcilla o no. Veré cómo me siento, si pasó algo en el medio, ya sea en lo físico o en lo mental. En este momento digo que jugaré el Abierto de Francia, pero hasta el 10 de mayo pueden pasar muchas cosas. (Si no juego) la pausa no sería entonces de siete semanas, sino de diez, hay que pensarlo bien. Pero jugar por jugar no lo hago más porque así no sucede ningún milagro. Debo estar bien preparado y desearlo.
¿El mejor final?
- Si gana Wimbledon. ¿Evaluaría poner fin a su carrera?
- No he pensado en ello. Pero ya estoy planificando el comienzo del próximo año. No creo que un triunfo vaya a cambiar esto. Serán el cuerpo o la cabeza los que me digan que es el momento de terminar. No un título o una derrota.
- Pero un final mejor no habría...
- Absolutamente. Pero no es el objetivo poner fin a mi carrera en el clímax. No tiene que ser un final cursi. Voy a seguir jugando mientras tenga éxito, sea feliz y pueda darle alegría a mi familia.
- ¿Cree que estas historias de grandes regresos despiertan una fascinación especial en la gente?
- Posiblemente, sí. Muchos se identifica más fácilmente con ello que con períodos de grandes dominios, en los que siempre se gana o todo va bien. Tal vez la gente ahora me entiende mejor. A veces no tenemos un buen día y nos vamos a dormir tristes, pero al día siguiente hay una nueva oportunidad.